Las personas que nos dedicamos a la relación de acompañamiento, y más si trabajamos como terapeutas, además de seguir formándonos necesitamos supervisar nuestro trabajo.

La supervisión se puede realizar de forma individual o grupal.

La supervisión grupal, para algunas personas profesionales, puede ser un mayor reto dado que supone mostrar las dificultades y los límites en su quehacer delante de las demás personas. A la vez, he comprobado que aporta mayor nutrición y generalmente se convierte en un grupo de apoyo significativo, sobre todo cuando el grado de implicación es elevado.

Además de aumentar la comprensión del caso o situación y ampliar los modos de intervención, lo fundamental es que la persona que supervisa se sigue abriendo a sí misma, reconociendo sus propios asuntos imbricados en la situación explorada. Ello es lo que permite variaciones en el lugar desde el que escucha e interviene que repercute no sólo en el caso o situación explorada, sino que le amplia su capacidad de escucha e intervención en general y le permite sostener y manejar con mayor soltura sus capacidades y sus límites, los propios, los de la persona, los del grupo o los de la situación con la que trabaja.

Horarios de los grupos quincenales coordinados por Cristina Nadal:

Lunes de 11 a 13h – Martes y miércoles de 15 a 17h